Entender el fútbol y la competición.
Aunque este rasgo pueda resultar una obviedad, muchos de los grandes entrenadores del momento tienen tras de sí un exitoso pasado como jugadores. De hecho, nadie mejor que alguien que haya saltado al terreno de juego para saber cómo funciona un vestuario, cómo es la personalidad de cada futbolista y qué le puede exigir a cada uno de ellos.
Habilidades de comunicación.
De poco sirve ser un gurú del fútbol si no se sabe cómo transmitirlo a los jugadores, como por ejemplo las instrucciones tácticas antes y durante los encuentros.
Personalidad.
Es necesario que un entrenador de fútbol tenga la autoridad suficiente para imponer su criterio y conseguir que la plantilla acepte y acate sus decisiones. Un rasgo que es especialmente importante en aquellos equipos en los que compiten algunos de los mejores jugadores del mundo, quienes pueden hacer valer su influencia en el equipo para imponer su criterio. No obstante, un entrenador jamás debe caer en formas dictatoriales, ya que eso puede motivar que sus jugadores se rebelen.
Psicología.
Estar al frente del equipo no es fácil, y mucho menos si éstos compiten al más alto nivel. Aspectos como decidir quiénes serán titulares y quiénes se sentarán en el banquillo, sustituir a alguien en el descanso de un partido, devolverles la moral tras la eliminación de algún campeonato o motivarlos ante un encuentro crucial exige grandes dosis de mano izquierda.
Aprender de los errores.
Errar es humano, sobre todo cuando un técnico acaba de llegar a un nuevo club. Arriesgar con una alineación puede saldarse con un mal resultado, lo importante es que el entrenador sea capaz de aprender y actuar de inmediato para enderezar el rumbo.
Anticipar acontecimientos
La lesión de algún jugador determinante, las convocatorias internacionales por parte de sus selecciones, una mala noticia que afecte al ánimo del equipo. Ante estas sucesos, un buen entrenador de fútbol debe guardar un as en la manga que le permita seguir manteniendo el rumbo del equipo.
Visión.
Detectar qué jugadores de las categorías inferiores y de otros clubes se pueden ajustar al equipo es otro aspecto necesario.
Perseverancia y exigencia.
La constancia y el trabajo duro suelen ser el lobby de los éxitos deportivos.
Empatía.
Saber crear un buen ambiente en el vestuario es fundamental para que los jugadores se relacionen y se involucren mucho más con el equipo. Para ello, saber escuchar, estar cerca de los jugadores, valorar sus capacidades y transmitirles la confianza necesaria para que saquen lo mejor de ellos mismos es una característica indispensable.
Fuente: https://www.unibarcelona.com/es/actualidad/salud-y-deporte/entrenador-de-futbol-claves
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